domingo, 9 de mayo de 2010

Madre mía

Madre, madre, tu me besas
pero yo te beso más.
Como el agua en los cristales,
caen mis besos en tu faz...
Te he besado tanto, tanto
que de mí cubierta estás
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear:
Cuando tú a tu hijito escondes,
no se le oye el respirar...
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y que lindo niño veo,
a tus ojos asomar...
el estanque copia todo,
lo que tú mirando estás;
Pero tú en los ojos copias
a tu niño y nada más.
Los ojitos que me diste
yo lo tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar.

Gabriela Mistral

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